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Cómo se hace el té matcha
Preparar té matcha es mucho más que seguir una receta: es un pequeño ritual donde el tiempo se detiene. El sonido del agua al verterse, el movimiento circular del batidor de bambú, el color intenso que despierta en el cuenco… Cada paso tiene un sentido y una intención.
Por ello, descubrir cómo se hace de forma casera es adentrarse en su historia, conocer sus beneficios y aprender a prepararlo con la precisión que merece. Un proceso que, más allá del sabor, invita a disfrutar del momento y a comprender por qué esta bebida ha conquistado al mundo. Te explicamos mas a continuación.
Índice de contenido
¿Qué es el te matcha?
El té se ha consolidado como una de las bebidas favoritas en todo el mundo. Dentro de su diversidad, el té matcha se ha hecho un nombre propio como un suplemento nutricional.
Se trata de un té verde pulverizado elaborado a partir de hojas jóvenes de Camellia sinensis cultivadas a la sombra. Este detalle, aparentemente pequeño, marca toda la diferencia. Al reducir la exposición solar durante las últimas semanas de crecimiento, la planta produce más clorofila, teanina y aminoácidos, responsables de su color verde intenso y su sabor umami, suave y vegetal.
Se le atribuyen múltiples beneficios para la salud y el bienestar general, reforzando su popularidad y aprecio entre los consumidores. Actualmente, el matcha se ha convertido en el té verde japonés que más se consume internacionalmente, fuera de Japón.
Origen del te matcha
El origen del matcha se remonta a hace más de mil años, en la antigua China de la dinastía Tang (siglos VII-X). En aquella época, las hojas de té se prensaban en bloques y se pulverizaban antes de su consumo. Los monjes budistas ya valoraban entonces su capacidad para mantener la mente despierta y el cuerpo sereno durante las largas horas de meditación.
Sin embargo, fue en el Japón del siglo XII donde el matcha adquirió su identidad definitiva. El monje Eisai, fundador del budismo zen en el país, introdujo las semillas de Camellia sinensis desde China y perfeccionó el método de molienda en piedra para obtener un polvo extremadamente fino.
Con el tiempo, el té molido fue adoptado por la nobleza y los monasterios japoneses, hasta convertirse en el centro de la ceremonia del té o Chanoyu, uno de los rituales más reconocidos de la cultura nipona. En japonés, «Matcha» significa «polvo de té», y juega un rol clave en esta ceremonia del té.

Durante siglos, su consumo se reservó a templos y cortes imperiales, hasta que en el siglo XVI el maestro Sen no Rikyū definió los principios estéticos del ritual que conocemos hoy: sencillez, equilibrio y conexión con el momento presente. Esa filosofía, conocida como wabi-sabi, sigue impregnando cada preparación tradicional.
Con la globalización del siglo XX, el matcha cruzó fronteras y conquistó Occidente. Pasó de ser una bebida ceremonial a convertirse en un ingrediente versátil presente en cafeterías, repostería y cócteles. Aun así, en cada taza perdura la misma esencia que inspiró a los monjes zen hace siglos.
¿Es lo mismo el té verde y el té matcha?
Después de conocer qué es el té matcha y recorrer su origen, es normal que surja la duda: si ambos proceden de la Camellia sinensis, ¿estamos hablando del mismo té? La respuesta corta es no. Comparten planta, pero no comparten cultivo, procesado, preparación ni experiencia en taza.
A continuación encontrarás una tabla resumen con las diferencias clave entre ambos: cultivo, procesado, preparación, sabor y composición. Este marco te ayudará a entender por qué el matcha exige un método propio y por qué su resultado sensorial es único.
| Aspecto | Té verde tradicional | Té matcha |
|---|---|---|
| Cultivo | Las hojas crecen a plena luz del sol, lo que produce un sabor más herbal y astringente. | Se cultiva bajo sombra unas semanas antes de la cosecha para aumentar la clorofila y la L-teanina. |
| Procesado | Las hojas se secan y se trocean antes de infusionarse. | Se eliminan los tallos y nervaduras; después se muele lentamente en molinos de piedra hasta obtener un polvo fino. |
| Preparación | Se infusionan las hojas en agua caliente y se retiran antes de beber. | El polvo se mezcla directamente con agua o leche, por lo que se ingiere toda la hoja. |
| Sabor | Más suave, con notas herbales y ligeras astringencias. | Más intenso, con cuerpo y notas dulces, vegetales y umami. |
| Composición | Aporta parte de los antioxidantes, ya que las hojas no se consumen. | Al ingerirse toda la hoja, contiene hasta diez veces más antioxidantes, aminoácidos y clorofila. |
| Uso | Ideal para el día a día, caliente o frío. | Usado tanto en ceremonias japonesas como en recetas modernas (matcha latte, repostería, smoothies). |
Beneficios del té matcha
El consumo regular del té matcha puede transformar positivamente nuestra salud y bienestar. Este polvo de un intenso color verde no solo es un placer para los sentidos, sino que también ofrece múltiples ventajas para la salud.
A continuación, vamos a detallar los beneficios más destacados.
Fuente de antioxidantes
Debido a cómo se elabora, el té matcha contiene elevados niveles de antioxidantes, compuestos que ayudan a prevenir la oxidación y son beneficiosos para combatir el envejecimiento y la degradación de las células. De hecho, los antioxidantes son buenos para la piel y las uñas.
Mejor concentración y memoria
Con su aporte alto de L-Teanina -una especie de cafeína-, el té matcha puede ayudar a unos mejores niveles de concentración sin efectos secundarios. Este hecho se refleja también en el aumento de la memoria y con una mejor conectividad del cerebro.
Reduce riesgos cardiovasculares
Este “té en polvo” también es beneficioso para evitar problemas cardiovasculares, manteniendo las arterias sanas y ayudando a controlar la hipertensión. Asimismo, también es consumido por su prevención contra la diabetes tipo 2, su poder “quemagrasas” y por ayudar en la retención de líquidos.
Ayuda a la digestión
Es efectivo acelerando nuestro metabolismo debido a su contenido en fibra y ayuda en el tratamiento de trastornos gastrointestinales.
Principales contraindicaciones del té matcha
Aquí te explicamos sus principales contraindicaciones y cómo gestionarlas para seguir aprovechando sus virtudes sin riesgos.
Sensibilidad a la cafeína o teína
Aunque el matcha contiene menos cafeína que el café, su concentración sigue siendo alta, especialmente si se toma en dosis grandes o muy concentradas (koicha). En personas sensibles puede provocar insomnio, nerviosismo o aceleración del ritmo cardíaco.
La clave está en la moderación: una taza al día, preferiblemente por la mañana, permite disfrutar de su energía estable sin interferir en el descanso.
Trastornos digestivos o acidez estomacal
El matcha estimula el metabolismo y favorece la digestión, pero su alto contenido en taninos y antioxidantes puede irritar el estómago vacío o agravar cuadros de gastritis. Si notas ardor o malestar al tomarlo en ayunas, lo ideal es acompañarlo de un alimento ligero o prepararlo en versión matcha latte, donde la leche suaviza su intensidad.
Interacciones médicas y fármacos anticoagulantes
El té matcha es especialmente rico en vitamina K, un nutriente que favorece la coagulación sanguínea y que puede interferir con tratamientos anticoagulantes o con algunos medicamentos para la presión arterial.
Si estás bajo supervisión médica o tomas este tipo de fármacos, conviene consultar con tu médico antes de incorporarlo de forma habitual.
Embarazo, lactancia y niños pequeños
Durante el embarazo y la lactancia, se recomienda limitar el consumo de bebidas con teína. Del mismo modo, no se recomienda su consumo en niños pequeños, cuyo sistema nervioso es más sensible a los estimulantes.
Herramientas necesarias para hacer un té matcha perfecto
Para preparar un té matcha auténtico no basta con usar un buen polvo de té: el ritual también depende de los utensilios. Cada herramienta tiene una función concreta que influye directamente en la textura, el aroma y el equilibrio final de la bebida. A continuación, te presentamos las tres piezas esenciales que hacen posible una preparación perfecta.
Chasen
El Chasen —batidor de bambú tradicional— está formado por decenas de finas varillas que, al batir con energía, crean la espuma suave y brillante que distingue a un matcha bien hecho. Es el utensilio esencial para lograr una textura aterciopelada y homogénea.
Chashaku
El Chashaku es una cuchara curva de bambú que permite medir con precisión la cantidad de té necesaria para cada taza —aproximadamente 1 o 2 gramos. Su forma evita compactar el polvo y mantiene la pureza aromática del matcha.
Chawan
El Chawan es el cuenco ceremonial donde se prepara y se sirve el té matcha. Su diseño amplio permite batir cómodamente con el Chasen y disfrutar del proceso visual y sensorial de la espuma formándose en la superficie. Lo ideal es que esté hecho de cerámica o barro.
Receta de té matcha casero
La versión tradicional del matcha es sencilla, pero requiere atención. La calidad del polvo, la temperatura del agua y la forma de batir son esenciales para conseguir un resultado equilibrado, cremoso y sin amargor. ¡Veras que fácil!
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 5 minutos
- Raciones: 1
- Categoría: Té e infusiones
- Tipo de cocina: Japonesa
- Calorías por ración: 3 kcal
- Utensilios: chawan, chasen y chashaku
- Ingredientes:
- 2 g de té matcha en polvo de calidad ceremonial.
- 60 ml de agua a 75 – 80 °C.
- Azúcar o miel (opcional).
Cómo hacer el té matcha perfecto paso a paso
Preparar un buen té matcha requiere atención en cada detalle. Desde el tamizado del polvo hasta la temperatura del agua o la forma de batir, cada gesto influye en el resultado final.
A continuación, te mostramos paso a paso cómo conseguir una bebida cremosa, equilibrada y llena de matices, respetando el método tradicional japonés.
1) Tamizado del matcha
Coloca 1 o 2 gramos de té matcha (aproximadamente media cucharadita o un chashaku) sobre un colador fino y tamízalo directamente en el cuenco (chawan). Este paso evita la formación de grumos y garantiza una textura aterciopelada al mezclarlo con el agua.
2) Añadir el agua
Calienta el agua hasta una temperatura de entre 75 °C y 80 °C. Vierte unos 60 ml sobre el matcha tamizado. Evita el agua hirviendo, ya que podría alterar los aminoácidos y la clorofila, afectando tanto al sabor como al color de la bebida.
3) Batido energético
Con el batidor de bambú (chasen), mezcla el agua y el matcha con movimientos rápidos en zigzag o forma de “W”. Mantén la muñeca relajada y continúa batiendo durante unos 30 a 40 segundos, hasta obtener una espuma fina y brillante en la superficie del té.
4) Ajuste de textura
Dependiendo de tu preferencia, puedes crear dos estilos de matcha: Usucha (más ligero), añadiendo hasta 100 ml de agua total, o Koicha (más espeso), usando menos agua para una textura cremosa y sabor intenso.
5) Servicio y degustación
Sirve el matcha recién batido y disfrútalo de inmediato para conservar su color y aroma. Puedes acompañarlo con dulces japoneses, frutos secos o degustarlo solo, en silencio, siguiendo el espíritu de la ceremonia del té: armonía, respeto, pureza y tranquilidad.
Para finalizar, añade con cuidado dos cucharadas adicionales de agua, procurando no deshacer la espuma ya formada, y vuelve a batir. Cuando veas aparecer pequeñas burbujas, el té matcha estará en su punto óptimo para disfrutar.



Receta de té matcha con leche
El té matcha con leche, también conocido como matcha latte, es una versión más suave y cremosa del matcha tradicional. Mantiene el carácter vegetal del té, pero la leche aporta dulzura y cuerpo. A continuación, te mostramos cómo prepararlo paso a paso siguiendo el mismo cuidado que en la receta clásica japonesa.
1) Preparar la base de matcha
Tamiza 1 o 2 gramos de té matcha en el cuenco (chawan) y añade unos 30 ml de agua caliente a una temperatura entre 75 °C y 80 °C. Bate con el chasen hasta que se forme una espuma ligera y uniforme.
2) Calentar la leche
Calienta 150 ml de leche (de vaca o vegetal) hasta unos 60 °C. Evita que hierva para conservar su textura cremosa. Si lo prefieres, puedes espumarla con un vaporizador o batidor manual para lograr una capa suave y aireada.
3) Combinar matcha y leche
Vierte lentamente la leche caliente sobre la base de matcha mientras remueves con suavidad. Hazlo despacio para no romper la espuma y conseguir una textura homogénea con un color verde brillante y uniforme.
4) Endulzar y personalizar
Añade miel, azúcar moreno o sirope al gusto. También puedes darle un toque diferente con una pizca de canela, vainilla o cacao en polvo. Cada variación aporta matices que realzan el sabor vegetal del matcha.
5) Servir y disfrutar
Sirve el matcha latte en una taza amplia y disfrútalo caliente. Si lo prefieres frío, añade hielo antes de verter la leche para obtener una versión iced matcha latte refrescante y equilibrada.
Saber cómo se hace el té matcha es, en realidad, aprender a apreciar la calma y la precisión que lo acompañan. Su historia, sus beneficios y su ritual hacen del matcha una bebida que une cultura, salud y placer en una sola taza.



